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lunes, 8 de septiembre de 2008

"Fantasía en la Aguja", LA AGUJA DEL DIENTE DE URRIELLU


Hay contratiempos en la vida que te causan un gran desastre. Pero te pueden llevar a encontrar un camino escondido a ras de suelo, que no lograbas ver estando de pié.

Algo así me sucedió hace tiempo que le dió la vuelta a un proyecto que teníamos para una vía de escalada.

Aquel fin de semana es de los que cualquier escalador que aspira a hacer algo de cierto nivel hubiera considerado desastroso. Y explico el porqué:
Habíamos subido a la vega de Urriellu el domingo con intención de escalar al día siguiente (era día festivo en Asturias) nuestra primera vía de entidad a la oeste del Picu: La Murciana 78.
Estábamos sobradamente preparados para acometerla y teníamos una ilusión que te cagas.
El domingo subimos pronto, asi que aprovechamos para acercarnos por la tarde hasta el Diente de Urriellu (situado en las faldas del Neverón de Urriellu).
En cierta ocasión, cuando regresaba del Torrecerredo hacía la Vega, me había fijado en esa agujita tan delgada como un alfiler, que emergía desde uno de sus lados y desde entonces me moría por escalarla.
Así que allí nos fuimos con el equipo de escalada para pasar la tarde divinamente.
Estuvimos rebuscando la línea de subida más evidente, ya que la reseña que llevábamos no era nada precisa y logramos encontrar una ruta factible que nos llevó primero hasta la cima principal y posteriormente, tras un pequeño rápel, a la base de la deseada agujita… de allí, via directa hasta la puntita.
La sensación de estar sobre esa pequeña cumbre es algo parecido a lo que debe sentir la estatua de Colón sobre uno de esos altísimos pedestales.
La sensación de dominio es apabullante.
Esa noche fuimos a dormir a la Vega con una gran sensación en el cuerpo.

A la mañana siguiente nos levantamos temprano.
Un vendaval increíble soplaba de Sur a Norte, barriendo totalmente la cara Oeste.
Conseguimos llegar solamente hasta la primera reunión de la Murciana, pero ya vimos que era mejor retirarnos porque era una lucha continua contra el viento que no nos iba a llevar hacia ningún lado.
Aquella mañana acabamos escalando la Norte clásica Pidal Cainejo para no marchar con las manos vacías de allí, pero la ilusión de la Oeste ya se nos había esfumado.


Por esto consideraba que ese viaje había sido un desastre, ya que no habíamos podido realizar nuestro gran proyecto del verano.

Luego en casa, como no tenía material de video de la "Oeste", me centré en editar la escalada a la Agujita como premio de consolación.
Pero a medida que lo iba editando me daba cuenta de que estaba quedando muy ameno y merecía la pena echarle unas horas de trabajo extra.
Me llevó un par de días terminarlo. Me gustaba mucho como había quedado y estaba listo para colgarlo en la red...

Pero esa semana habíamos tenido una avería en la linea de casa y no disponía de internet. Yo estaba que rabiaba porque no podía compartir con los colegas el video terminado, grrrrr.
A la mañana siguiente me lavanté soñando con la vía. Llevaba dos días editando el video de la escalada y la saturación termino llevándola a mis sueños. Estaba obsesionado con el puto video.
De repente surgió una chispa en mi mente.  ¿Por qué no intentaba reflejar aquello de alguna manera?
Así que me puse a desarrollarlo y aquella misma tarde cambié totalmente el sentido del video original y me dediqué a realizar nuevas grabaciones para el proyecto en el interior de mi casa.
Mi exmujer flipaba con las tomas que me estaba haciendo dentro de la cama.
___¿Pero estás seguro que quieres que te grabe dentro de nuestra cama?
___Que síiiiii, tu hazme caso, ya verás.

Arrastramos la cama por toda la habitación para conseguir buenas tomas.
Una de ellas la hicimos después de volver de correr, para que se me notara sudando de angustia en el paso que casi me caigo.
Grabamos incluso una escena en la que me levantaba medio dormido al baño y echaba una meada de campeonato, pero no aparece porque no encontré dónde encajarla, jajaja.

Cuatro días después el video final estaba terminado.
Pero ya no era simplemente el video de una escalada al Diente de Urriellu.
Por arte de magia el lugar y el nombre real de la escalada ya no importaban. Los duendecillos de la montaña habían convertido algo real, en pura fantasía. Una Fantasía en la Aguja. 

Así pues, ese par de “desastres” me llevaron por este camino insospechado.
Creo que si hubiéramos escalado la Oeste aquel día o si hubiera tenido internet en casa, ahora no existiría este corto y yo ahora ni siquiera lo echaría de menos.
Hoy en día me alegro de que todo saliera así, porque tiempo después volvimos al Picu y escalamos la Murciana. Y tiempo después escalamos la Rabadá y luego la leiva... Pero además, podemos presumir de haber realizado una escalada de fantasía, en una montaña llamada Diente.

Y este es el cortometraje que salió de aquello:


 
 
 
 
Unas fotos:

Buscando una buena linea para escalar la aguja, con el Picu como testigo.

Esta es la reseña que llevábamos. Como se aprecia no coincide demasiado con la realidad. Supuestamente escalamos por la vía de la iquierda. El primer A1 lo hemos graduado en libre de 6a y el segundo A1 como V+

 

Recorrido del primer largo. La mayor dificultad está al poco de empezar la vía.

En mitad del largo.

A la izquierda la pared de la Agujita. Estamos subiendo a la cima principal.

Desde la cima principal casi abarcamos toda la Murciana.

Preparándonos para rapelar de una chapa y escalar la agujita.


Mis compis en pleno segundo largo hacia la Agujita.

La cima es mínima y muy estrechita.


Bajando de la cima después de que rapelaran los compañeros.

Desde el camino hacia la Vega. Foto hecha por unos montañeros que amablemente nos la cedieron después.


Aquí se aprecian la verdaderas dimensiones de esta agujita.



Hasta la próxima aventura...
 
 
 
 

domingo, 20 de enero de 2008

BUSCANDO EL HIELO EN RUMANÍA


El objetivo de nuestro viaje a Rumanía fué principalmente escalar en hielo.
Teníamos la opción de haber marchado a Eslovenia, pero el poder de la aventura por lo desconocido pudo con nosotros.
Habíamos visto en la red, fotos de cascadas muy atractivas en este país, así que nos liamos la manta a la cabeza.
El viaje y las reservas las organizamos por internet.

NOTA. El correo que circula por ahí, titulado “welcome to Rumanía” no fue nada alentador. Marchamos medio acojonados. ¿Dónde nos estaremos metiendo?- pensábamos nosotros.
Aunque Rumanía ya está en la CEE, la moneda oficial allí sigue siendo el “Lei” (1 € se cambia a 3,75 leis).
Si te defiendes hablando en inglés, no tienes problema para comunicarte.
El castellano lo entienden algo, aunque no lo habla casi nadie.
El vuelo directo Madrid-Bucarest nos costó menos de 120€ ida y vuelta por persona.



Los precios de los alojamientos en hoteles son parecidos a España o incluso más caros. Así que nosotros, que somos unos gallus, sobraos de pasta, nos afinamos en un cutre-hostel de la ciudad de Brasov, al norte de Bucarest, llamado "The Rolling Stones", por 9€ pers/día en una habitación de 6 plazas con baño.

Esto es parte de BRASOV. Se ve mal, pero en lo alto de la colina tienen un cartel como el de Hollywood que pone BRASOV iluminado por las noches (desde aquí se ve pegadito a la izquierda de la torre del reloj). ¡Son la leche estos rumanos!



La comida es bastante aceptable y cuatro veces más barata y eso que te aplican un 19% de IVA.
En los restaurantes no les sienta nada bien que esperes a pedir el postre cuando acabas de comer, ni que intentes servirte tú mismo la bebida. Se pillan unos rebotes cojonudos.
La religión es ortodoxa.
Te encuentras iglesias y capillas por todos lados.
 

 
Incluso en plena montaña encontramos una iglesia construida con hielo, en el Lago Balea.
(el mismo día que marchamos se celebró una boda aquí).
 


La cumbre más alta de Rumanía es el monte Moldoveanu (2.544 metros) que está en los Cárpatos meridionales. Según el guía de montaña, en invierno son necesarios al menos tres días para llegar a cumbre y regresar. Y eso llevando esquís de travesía. Sin ellos se tarda bastante más, debido a la gran cantidad de nieve polvo que hay a esa altura. Asi que, ¡despejada esa idea de la cabeza! por lo menos en este viaje.



En el centro de la foto. Monte Moldoveanu.



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Bueno, pues una vez ubicados en el país. Vamos a lo que nos ocupa.
Los primeros días de cascadas quedamos un poco desilusionados. Durante nuestro viaje se presentó una subida en las temperaturas, inusual y generalizada en Europa, que fue exterminando todas las cascadas de hielo.
En Austria, por ejemplo, el derrumbe de una, casi acaba con la vida de Isidoro Sánchez (Chiro) mientras la escalaba junto a Oscar Cacho. http://desnivel.com/deportes/alpinismo/object.php?o=16573
Así que después de dos días dando vueltas en busca del hielo, acabamos como perros olfateando cualquier hilito donde poder hincar los piolets.
 


Justo encima de este rocódromo se supone que había una cascada de unos 180 metros, pero solo quedaba la sombra, por lo que nos tiramos como posesos a este raquítico hilito. ¡Por fin, hielo en Rumanía!



Hasta tal punto llegaba nuestra desesperación, que tuvimos que darle al dry-tooling para llegar a pinchar chupones ridículos en lugares donde antes hubo grandes cascadas.






Y las que sí estaban formadas no eran fáciles de alcanzar y teníamos que jugarnos el tipo para llegar…



…y encontrar una cascada al lado de la depuradora del alto Busteni. ¡Dioooos, que olor!. ¡A lo que lleva la desesperación!.




Con tal de escalar hielo, nos subíamos hasta por los regatos helados que encontrábamos en la carretera.
Aunque solo una vez, eh!!!      (video, duración 1 min.)





Ya empezábamos a plantearnos la posibilidad de escapar de allí y dar el viaje por fracasado.
Asi que, sin cascadas que afrontar, decidimos tiramos un par de días de turismo visitando tiendas de deporte para que nos informaran de algún lugar donde hubiera algo.
Solo conseguimos gastar dinero. ¡Joder, estos rumanos que listos son!.

Como no hay mal que por bien no venga, esta situación nos dio la oportunidad de hacer un poco de turismo urbano.
Después de 18 años, aún se ven los rastros en las fachadas de la revolución contra el régimen Ceaucescu,  tumbas anónimas improvisadas en lugares sorprendentes y mogollón de monumentos que recuerdan la revolución.

 

 















Eso sí, muchas emisoras de radio emiten música máquina las 24 horas del día. ¿Será para que te olvides de lo demás?.
http://www.goear.com/listen/21c826a/trompetass-electroni-k


Por fin, la casualidad quiso que nos encontráramos con un socorrista de montaña rumano y la cosa cambió de forma radical.
No solo nos indicó dos buenas zonas, sino que además, nos puso en contacto con un guía de montaña colega suyo, al que contratamos por un día completo, a cambio de llenarle depósito del coche y un plato de comida (la tarifa la marcó él).
Cascada en Vidraru. (al sur del monte Moldoveanu)
Esta tiene 25 metros. Es muy bonita pero las pasamos canutas en su aproximación a través de un cañón con el río semihelado que no quería mas que comernos a todos. Pero se jodió, pudimos con él.

 
 

Y esta, situada en la misma zona de Vidraru, hubiera sido guapísima de escalar, pero la parte alta estaba muy frágil y decidimos no intentarlo.
 
 
El día que salimos con el guía, nos dirigimos a la cordillera de fagaras. Concretamente al lago Balea a unos 2.100 metros de altitud, situado al oeste del monte Moldoveanu. Para llegar a esta zona, cogimos un teleférico semejante al antiguo de Fuente Dé que nos dejó a tan solo 40 minutos de las cascadas, después de recorrer qué se yo la de kilómetros de cable.


 
Columna sin formar. -Ni mires pa ella, no siendo que me caiga encima.

















A esta la he llamado “la ola de Balea” por esa bonita formación de la salida.
 

 
La altura es de unos 25 metros en total y la columna tiene 85º-90º de hielo espectacular. Vamos, que no me corr… de milagro.



Mi compi desde arriba en esta misma cascada.

 

Estoy viendo yo ahora que la ola esta nos dió mucho juego ¿no?.

 
Ahhh, que gustito…
Después de estas cascaditas quedamos más relajados y ya pudimos disfrutar mas del entorno.
Pongo solo de dos lugares.

Montes de Bucegi. Zona de Busteni.

















y el bosque de Piatra Mare
 
 
 

Bueno amigos, pues... es lo que había. Quizás en la próxima tengamos mas suerte.

Solo una cosa más.
España está de moda hasta en Rumanía. En sus agencias de viaje aparecen carteles como este. Y las inmobiliarias del país corean: "Vive como un español".
 
 
 

Como dice un buen amigo: ¡Qué miedo me daaaaaaaaaa!
http://www.goear.com/listen/8b21b2c/que-viva-espaaplusmna-rumanos-en-restaurante

Hasta la próxima aventura