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miércoles, 26 de enero de 2011

Escalas en hielo, VALLE DE AOSTA, 1º año


Como cada año, en invierno guardamos unos días para irnos al extranjero a escalar cascadas de hielo. La finalidad de estos viajes no es otra que la de hartarnos pinchando hielo durante toda una semana hasta reventarnos en el afán y conocer nuevos sitios que nos permitan seguir manteniendo la ilusión del viaje año tras año.

El último invierno estuvimos en Noruega y nos quedó un gran sabor de boca debido a la proximidad de las cascadas al vehículo (no más de 10 min) por lo que pensamos que era difícil superar algo así.

Este año partíamos con esa premisa, incluso alguno del grupo protestó durante la organización del viaje, queriendo que volviéramos otra vez a Noruega.

Pero esto hubiera roto nuestro lema aventurero el cual reza: “mientras haya un lugar en Europa desconocido y con hielo, no repetiremos cascadas” y es que aparte de escalar también nos gusta el turismo.

Este año el lugar elegido fue un pueblo Italiano, situado en el Valle de Aosta, llamado Cogne. Este pequeño pueblo de más de 1400 habitantes, se encuentra situado por encima de los 1500 metros, en pleno parque del Gran Paraíso, y ofrece una gran variedad de actividades para todo aquel que guste de los deportes en invierno.

Principalmente centrado en el esquí de fondo, tiene kilómetros y kilómetros de pistas muy bien cuidadas en las que poder practicarlo. Tampoco se descuida al caminante, al raquetero, o al esquiador de travesía, ofreciéndoles largos recorridos por senderos cuidadosamente pisados que transcurren justo al lado de las pistas de fondo y se internan hasta el final de valles como Llilaz o Valnontey, en los que cuelgan impresionantes seracs

Y precisamente estos valles son el objetivo de nuestra expedición.

Tanto el uno como el otro, ofrecen un centenar de cascadas de hasta grado 6. La oferta es interminable y cinco días de actividad no dan para escalarlo todo.

Por la noche el frío rondaba los 22º bajo cero y por el día nunca subió de 0º.

El hielo estaba super duro y salirse de la huella pisada del camino era lo mismo que saltar al vacío sobre la nieve polvo intransformada. Pero la experiencia de esta semana fue algo excepcional.

Aquí os dejo un pequeño resumen en fotos de todo el viaje.