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lunes, 4 de julio de 2011

LA DIRECTÍSIMA del Picu Urriellu

La semana pasada me llamó por teléfono Pipo, un compañero de Mieres, invitándome a acompañarle en su última escalada al naranjo de bulnes como Greiman, ya que se jubilaba.
Al evento vendrían también César perez de Tudela, como extrella invitada y unos cuantos amigos y compañeros más con los que pasé unos ratos inolvidables.

No tardé ni un instante en aceptar. Llamé a mis compis de Sabero y se apuntó conmigo Chamar, que llevaba varios años queriendo escalar en libre la Directísima de la Oeste del Urriellu.
Como os podeis imaginar, esa vía no estuvo a mi alcance ni en mis mejores momentos de nivel de escalada, así que el plan estaba claro, usaríamos el estilo Yosemite, yo le aseguro los largos duros para que los encadene en libre y yo progresaría jumeando hasta que llegáramos a los largos asequibles.

La estrategia nos fue muy bien, ya que tardamos una media de 45 minutos por largo. Terminando la vía en ocho horas y media.
En algún momento de la escalada pensamos incluso que llegaríamos a cumbre al mismo tiempo que nuestros compañeros de la sur, y no estuvimos muy desencaminados, porque no coincidimos, exactamente por media hora.

Cardo se quedó pacientemente esperando a pié de vía hasta que regresé a buscarlo. En la vida voy a tener otro chucho igual, pobrecillo.

Este es un pequeño resumen de lo que dio de sí la escalada.

Adios Pipo, te voy a echar mucho de menos.

Las fotos son de Andrés de la Torre:
http://montagnamontagna.wordpress.com/ , de mi compi Chamar y mías.




Al llegar a Pandébano ya empezamos a ver animalicos.

  
Nos dirigimos hacia la Vega de urriellu acompañados por Cardito.

El Picu desde collado Vallejo. Cardo le da la espalda porque es el culpable de que me separe de él mientras lo escalo.


La verda es que este Pico enamora.

Da igual desde dónde lo mires, es precioso.


Cardo está muy contento de estar en La Vega y se marca un bailecito conmigo.

Los compañeros que asistimos al homenaje de jubilación de Pipo (de bigote y gafas).

Esta es la línea que escalaré con mi compi, Chamar.

Vista desde abajo. La verdad que no puede ser más recta.

El primer largo anda por el 7a ó V+/A2. empieza poniendo las pilas porque hay que cacharrearlo bastante.

Chamar termina rindiéndose ante la enorme mole y prefiere ganar velocidad acerándola.


Mientras tanto Cardo se hace el primer largo de la Murciana en solo para ir acompañándonos.

Bufffff, que inflada colega, tuve que acerar porque no podía más.

En el siguiente largo aún es más dificil 7a+ (aunque está bastante más chapado) visto desde la reunión, parece imposible encontrar dónde agarrarse. Por suerte la equipación está a cañón.

Vamos ganando altura y con ella en confianza. Chamar se está recuperando de la inflada del 1º largo.

Y se vuelve a animar a forzar el largo en libre, pero el 7b le termina ganado la partida y decide acerarlo sin piedad.


No me puedo creer que está haciendo esta vía. Es un privilegio poder subir por aquí.

La cuerda apenas toca la pared en estas latitudes.

En el cruce de la Rabadá Navarro, relajando los riñones. A partir de aquí la dificultad de la vía baja hasta el 6º grado.

La roca es extraordinaria. En los pasos de 6c.

Mientras tanto, Pipo ya está escalando en la cara Sur...

...acompañado de todos los compañeros que han venido al homenaje.

Chamar se merienda todos estos 6º como si caminara por el suelo.

A partir de aquí ya me quito los cachibaches de progresión por fija y continúo en libre.

En la Laja España le doy relevo para que descanse un poco el chaval, que lleva toda la vía de primero.

Estar aquí es una auténtica gozada.

Que pasa, pandaaaaaaaa.

Pipo llega a cima y se inmortaliza junto a nuestro compi Aguirrón y con César.

Todo el grupo que subió por la Sur se hacen la foto homenaje.

A pesar de que nos hemos dado prisa en subir, aún estamos metidos en la pared...

...y cuando llegamos ya se han ido todos. Pero estamos contentos de nuestra escalada. Enhorabuena por el viote, Chamar.

Nos vamos hacia los rápeles donde alcanzamos a los compañeros. Casi han estado más tiempo escalando que nosotros.

No pierdo la ocasión de retratarme junto a uno de los grandes que vino a despedir a Pipo. Nuestro amigo César Perez de Tudela.

Y como colofón nos bajamos corriendo desde el refugio hasta Pandébano. Menuda calorina que cogimos.


Hasta la próxima aventura...